Bajo la sal
Un Thriller Mexicano con Aire a Clásico Noir
Bajo la sal (2008) nos transporta a un pueblo minero donde la sal no solo preserva los cuerpos, sino también los secretos. El director Mario Muñoz construye una atmósfera opresiva, donde cada escena parece impregnada del polvo blanco que lo cubre todo. El comandante Trujillo, interpretado con maestría por Daniel Giménez Cacho, llega a este lugar olvidado para investigar una serie de crímenes, solo para descubrir que las respuestas pueden estar más cerca de lo que cree.
Victor Zepeda: Un Protagonista Inolvidable
En el corazón de la historia está Victor Zepeda, un joven que trabaja en la funeraria de su padre y pasa sus noches filmando películas de terror amateur. Su interpretación por parte de Pablo Chemor es escalofriantemente buena, creando un personaje que es a la vez vulnerable y sospechoso. ¿Es Victor un chico incomprendido o hay algo más siniestro detrás de su fascinación por la muerte? La película juega magistralmente con esta ambigüedad.
La Sal como Símbolo y Testigo
La mina de sal no es solo un escenario, sino un personaje más. Sus túneles blancos y laberínticos reflejan los misterios que Trujillo intenta resolver. Hay una cualidad casi sobrenatural en cómo la sal lo cubre todo, preservando recuerdos y evidencias por igual. Las escenas en la mina son algunas de las más impactantes visualmente, con una fotografía que convierte el paisaje en algo a la vez bello y ominoso.
Un Homenaje al Cine de Género
Más que un simple thriller, Bajo la sal es un tributo al cine de terror y al noir. Las películas caseras de Victor evocan el cine de bajo presupuesto de los 70s, mientras que la estructura del relato policial tiene ecos de las novelas de Dashiell Hammett. La banda sonora, con sus guitarras resonantes, completa esta experiencia que es a la vez nostálgica y fresca. Una joya del cine de género mexicano que merece más reconocimiento.