Mal de Ojo
Cuando la Abuela No Es lo que Parece
Mal de Ojo (2022) lleva el terror mexicano de vuelta a sus raíces folclóricas. Nala, una adolescente citadina, llega al pueblo natal de su familia buscando ayuda para su hermana pequeña, cuya extraña enfermedad los doctores no pueden diagnosticar. Lo que comienza como un viaje de esperanza se convierte en una pesadilla cuando descubre que su abuela (interpretada por la legendaria Dolores Heredia) practica rituales que nada tienen que ver con la medicina tradicional. El mal no viene de fuera… vive en la sangre.
El Mal que se Hereda
La película explora el terror intergeneracional con una estética que recuerda a Hereditary, pero con un sabor distintivamente mexicano. Las escenas donde la abuela prepara “remedios” con ingredientes inquietantes (huesos de animales, plantas desconocidas) están filmadas como si fueran recetas de cocina familiares, añadiendo un nivel de incomodidad doméstica. El giro de la trama—que vincula la enfermedad de la hermana con un pacto familiar antiguo—convierte cada flashback inocente en un presagio siniestro.
Folk Horror con Acento Mexicano
El director Isaac Ezban (El Incidente) usa el paisaje rural como un personaje más: la casa de la abuela respira con sus maderas crujientes, el bosque cercano susurra amenazas en náhuatl, y el río donde las mujeres de la familia han “limpiado” su maldición por generaciones es testigo silencioso. La escena del exorcismo en el tercer acto—que mezcla iconografía católica con rituales prehispánicos—es un choque cultural que redefine el significado de “protección familiar”.
Por qué Duele tanto
Lo que eleva Mal de Ojo sobre otros terrores sobrenaturales es su núcleo emocional. Nala (Dakota Puga) debe elegir entre salvar a su hermana o romper una cadena de abuso mágico que ha sostenido a su familia por siglos. La película pregunta: ¿Hasta dónde llegarías por amor? ¿Y qué parte de tu humanidad sacrificarías? Con una banda sonora que usa instrumentos tradicionales para crear escalofríos, este film demuestra que el verdadero terror no son los monstruos… son las decisiones imposibles.